viernes, 7 de octubre de 2011

Final de Semestre

     Disculpandonos por todos los inconvenientes provocados debido a nuestra larga lucha, esperamos que nuestro trabajo haya sido de gran utilidad, deseamos un buen fin de semestre y mucho éxito en lo próximo.
Nos despedimos atentamente "Las Magnificas"
Patricia Bravo
Dania Jofré
Ma. Fernanda Riquelme
Ana Villalobos
Anita Villarroel
Profesora: Rossana Ponce de León
Sociedad, Cultura y Educación
Pedagogía En Educación Matemática, Universidad del Bio-Bio

viernes, 20 de mayo de 2011

Resumen del Cuento


Un Día de Estos
El relato comienza con el trabajo de un dentista no titulado, que se encontraba trabajando en una dentadura postiza, se dedico a trabajar en ella muy concentrado, hasta que su pequeño hijo apareció y le dijo que el alcalde de la ciudad requería de su atención, a lo que este claramente se opuso y le dijo a su hijo que le comunicara al alcalde que no se encontraba en casa, sin embargo el alcalde, que se encontraba afuera de la casa escucho que el dentista si se encontraba en el hogar y por consiguiente que lo podría atender, es por esto que el alcalde amenaza al dentista de que si no lo atiende (el alcalde necesitaba que le sacara una muela) le dará un tiro, a lo que Aurelio (el dentista), responde de forma desafiante que no lo atenderá, cuando ya se disponía a enfrentarse al alcalde, se dio cuenta de que este realmente requería de su atención, puesto que el alcalde se encontraba con su rostro a medio afeitar, además de tenerlo hinchado y adolorido, es por esto que el dentista vio la cara de afligido de este  y procedió a atenderlo…. Claramente la atención no fue la mejor, puesto que el dentista no utilizo los instrumentos necesarios para la atención del problema, no uso anestesia y no tuvo precaución alguna con el alcalde al momento de atenderlo, luego de toda una tormentosa atención al finalizar el dentista se despide del alcalde y este procede a decirle que le pase la cuenta, a lo que el dentista contesta con la pregunta:
¿A usted o al municipio?
El alcalde no lo miró. Cerró la puerta, y dijo, a través de la red metálica.
Es la misma vaina.

Comentario del Grupo:
ciertamente lo que el autor está tratando de contarnos o darnos a conocer es las diferentes situaciones que se dan en la vida real, puesto que al decir el alcalde que le pase la cuenta, y el dentista al preguntar si al municipio o a el mismo, este responde que es la misma vaina.... se está criticando el actuar de los alcaldes en situaciones que usan recursos que corresponden a toda una ciudadanía y sin embargo este la esta utilizando como beneficio propio, lo que claramente refleja una constante corrupcion administrativa. es po esto que se logra  apreciar una cierta critica o burla de parte del autor sobre el acontecimiento ocurrido. ademas Conviene saber que "Un día de éstos" se halla en la colección de cuentos Los funerales de la Mamá Grande, que García Márquez terminó de escribir en 1959. Los sucesos del cuento tienen lugar durante la Violencia, época de la historia colombiana que empezó en 1946 y duró dos décadas. 

 Relacion del cuento con el Realismo Magico.

Se puede ver  la transformación de lo común y cotidiano en experiencias "sobrenaturales" o "fantásticas". Esto se puede ver cuando el dentista le saca la muela al alcalde sin anestesia y con un gatillo caliente.
Otra cosa que se puede observar sobre el realismo mágico en el cuento es el contenido de elementos mágicos (fantásticos), percibidos por los personajes como parte de la normalidad. Por ejemplo el hecho de ocupar la profesión de dentista sin tener un título.
También se puede considerar el espacio, donde cuenta por ejemplo que era un dentista pobre, el cual utilizaba una vieja silla de madera, la fresa de pedal y una vidriera con pomos de loza, también como lo del cielo raso desfondado y una tela araña polvorienta con huevos de arañas e insectos muertos.

Biografia de Gabriel García Márquez

Gabriel García Márquez:

Escritor colombiano, Gabriel García Márquez es uno de los grandes novelistas del siglo XX, renovador de la literatura en español y figura clave en el auge del llamado realismo mágico.
Gabriel José García Márquez  nació en Aracataca (Colombia) en 1928. Tuvo una infancia marcada por la influencia de su abuelo materno, coronel del ejército y de fuertes convicciones liberales, hasta que en 1936 se instaló con sus padres en Sincelejo aunque poco después comenzaría sus estudios en Barranquilla. . Cursó estudios secundarios en San José a partir de 1940 y finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de 1946. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los estudios.

Su carrera de escritor comenzará con una novela breve, que evidencia la fuerte influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955).

Casado en 1958 con Mercedes Bacha, García Márquez comienza un periplo de viajes como corresponsal que lo llevará de Barranquilla a Nueva York y finalmente a México. La afinidad del escritor con la Revolución Cubana y su amistad con Fidel Castro dificultaron su estancia en Estados Unidos y en otros países de América Latina. De esta época son sus obras El coronel no tiene quien le escriba o La mala hora.

Es en 1967 cuando Gabriel García Márquez publicó una de sus novelas más conocidas, Cien años de soledad, obra que ha vendido millones de copias en todo el mundo y que ha sido traducida a decenas de idiomas. Márquez desarrolló una importante carrera literaria con obras como Relato de un náufrago o El otoño del patriarca, al mismo tiempo que publicaba numerosos ensayos, impregnados de sus ideas políticas.

En 1981 se consagra definitivamente con Crónica de una muerte anunciada, novela que inclina a su favor la balanza del Premio Nobel de 1982. Con posterioridad llegarían otras obras maestras como El olor de la guayaba o El amor en los tiempos del cólera.

Gabriel Garcia Marquez un día dijo:
“Mi problema más importante era destruir la línea de demarcación que separa lo que parece real de lo que parece fantástico. Porque en el mundo que trataba de evocar, esa barrera no existía. Pero necesitaba un tono inocente, que por su prestigio volviera verosímiles (creíbles) las cosas que menos lo parecían, y que lo hiciera sin perturbar la unidad del relato. También el lenguaje era una dificultad de fondo, pues la verdad no parece verdad simplemente porque lo sea, sino por la forma en que se diga.”

video con frases celebres del escritor  pincha Aqui
 

EL REALISMO MAGICO

El Realismo Mágico

 Es una característica propia de la literatura latinoamericana de la  segunda mitad de siglo XX  que funde la realidad narrativa con elementos fantásticos y fabulosos, no tanto para reconciliarlos como para exagerar su aparente discordancia. El reto que esto supone para la noción común de la “realidad” lleva implícito un cuestionamiento de la “verdad” que a su vez puede socavar de manera deliberada el texto y las palabras, y en ocasiones, la autoridad de la propia novela. 
   S i bien esta tendencia a fundir lo real con lo fantástico ya existía en las obras de novelistas de todos los tiempos, principalmente en escritores como François Rabelais y Laurence Sterne; otros precedentes más inmediatos pueden ser las novelas del ruso  Vladimir Nabokov o del alemán Günter Grass. 
   Pero el realismo mágico floreció con esplendor en la literatura latinoamericana de los años sesenta y setenta, a raíz de las discrepancias surgidas entre cultura de la tecnología y cultura de la superstición, y en un momento en que el auge de las dictaduras políticas convirtió la palabra en una herramienta infinitamente preciada y manipulable. Al margen del propio Carpentier, que cultivó el realismo mágico en novelas como Los pasos perdidos, los principales autores del género son Miguel Ángel Asturias, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y, sobre todo, Gabriel García Márquez. Las novelas de este último, Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1975) y Crónica de una muerte anunciada (1981) siguen siendo obras notables del género.     Fuera del continente americano el realismo mágico ha influenciado, al decir de algunos críticos, la obra del italiano Italo Calvino y del checo Milan Kundera, así como en el inglés Salman Rushdie.  

El Realismo Mágico y Latinoamérica

En la literatura, el Realismo Mágico es un género en el que el autor combina elementos fantásticos y fabulosos con el mundo real, creando un equilibrio entre una atmósfera mágica y la cotidianidad, quebrantando las fronteras entre lo real y lo irreal, ubicando cada uno de estos en el lugar del otro.

Diferenciándose del uso tradicional de los elementos fantásticos en la literatura, el Realismo Mágico presenta lo real como maravilloso y viceversa, planteando como un suceso común, tanto para el lector como para los personajes de la obra, escenas y hechos fabulosos, mientras que brinda a su vez un carácter fantástico e irreal a actos de la vida común.

Desde mediados del siglo XX, la narrativa latinoamericana amplía su perspectiva más allá de la naturaleza, los indígenas y demás temas comunes de la novela realista. Revoluciones culturales y políticas, un amplio apego a la superstición, regímenes autoritaristas y demás procesos locales se combinaron con las vanguardias europeas, el psicoanálisis y las principales inquietudes del mundo entero sobre los problemas humanos y existenciales, ofreciendo a la pluma latinoamericana un escenario ideal para impulsar el Realismo Mágico en la lieteratura, convirtiéndolo en una senda hacia la consolidación de una identidad regional.



 

jueves, 19 de mayo de 2011

"UN DIA DE ESTOS"

Un Día de Estos.
Gabriel Garcia Márquez

El lunes amaneció tibio y sin lluvia. Don Aurelio Escovar, dentista sin título y buen madrugador, abrió su gabinete a las seis. Sacó de la vidriera una dentadura postiza montada aún en el molde de yeso y puso sobre la mesa un puñado de instrumentos que ordenó de mayor a menor, como en una exposición. Llevaba una camisa a rayas, sin cuello, cerrada arriba con un botón dorado, y los pantalones sostenidos con cargadores elásticos. Era rígido, enjuto, con una mirada que raras veces correspondía a la situación, como la mirada de los sordos.
Cuando tuvo las cosas dispuestas sobre la mesa rodó la fresa hacia el sillón de resortes y se sentó a pulir la dentadura postiza. Parecía no pensar en lo que hacía, pero trabajaba con obstinación, pedaleando en la fresa incluso cuando no se servía de ella.
Después de las ocho hizo una pausa para mirar el cielo por la ventana y vio dos gallinazos pensativos que se secaban al sol en el caballete de la casa vecina. Siguió trabajando con la idea de que antes del almuerzo volvería a llover. La voz destemplada de su hijo de once años lo sacó de su abstracción.
-Papá.
-Qué.
-Dice el alcalde que si le sacas una muela.
-Dile que no estoy aquí.
Estaba puliendo un diente de oro. Lo retiró a la distancia del brazo y lo examinó con los ojos a medio cerrar. En la salita de espera volvió a gritar su hijo.
-Dice que sí estás porque te está oyendo.
El dentista siguió examinando el diente. Sólo cuando lo puso en la mesa con los trabajos terminados, dijo:
-Mejor.
Volvió a operar la fresa. De una cajita de cartón donde guardaba las cosas por hacer, sacó un puente de varias piezas y empezó a pulir el oro.
-Papá.
-Qué.
Aún no había cambiado de expresión.
-Dice que si no le sacas la muela te pega un tiro.
Sin apresurarse, con un movimiento extremadamente tranquilo, dejó de pedalear en la fresa, la retiró del sillón y abrió por completo la gaveta inferior de la mesa. Allí estaba el revólver.
-Bueno -dijo-. Dile que venga a pegármelo.
Hizo girar el sillón hasta quedar de frente a la puerta, la mano apoyada en el borde de la gaveta. El alcalde apareció en el umbral. Se había afeitado la mejilla izquierda, pero en la otra, hinchada y dolorida, tenía una barba de cinco días. El dentista vio en sus ojos marchitos muchas noches de desesperación. Cerró la gaveta con la punta de los dedos y dijo suavemente:
-Siéntese.
-Buenos días -dijo el alcalde.
-Buenos -dijo el dentista.
Mientras hervían los instrumentos, el alcalde apoyó el cráneo en el cabezal de la silla y se sintió mejor. Respiraba un olor glacial. Era un gabinete pobre: una vieja silla de madera, la fresa de pedal, y una vidriera con pomos de loza. Frente a la silla, una ventana con un cancel de tela hasta la altura de un hombre. Cuando sintió que el dentista se acercaba, el alcalde afirmó los talones y abrió la boca.
Don Aurelio Escovar le movió la cara hacia la luz. Después de observar la muela dañada, ajustó la mandíbula con una cautelosa presión de los dedos.
-Tiene que ser sin anestesia -dijo.
-¿Por qué?
-Porque tiene un absceso.
El alcalde lo miró en los ojos.
-Está bien -dijo, y trató de sonreír. El dentista no le correspondió. Llevó a la mesa de trabajo la cacerola con los instrumentos hervidos y los sacó del agua con unas pinzas frías, todavía sin apresurarse. Después rodó la escupidera con la punta del zapato y fue a lavarse las manos en el aguamanil. Hizo todo sin mirar al alcalde. Pero el alcalde no lo perdió de vista.
Era una cordal inferior. El dentista abrió las piernas y apretó la muela con el gatillo caliente. El alcalde se aferró a las barras de la silla, descargó toda su fuerza en los pies y sintió un vacío helado en los riñones, pero no soltó un suspiro. El dentista sólo movió la muñeca. Sin rencor, más bien con una amarga ternura, dijo:
-Aquí nos paga veinte muertos, teniente.
El alcalde sintió un crujido de huesos en la mandíbula y sus ojos se llenaron de lágrimas. Pero no suspiró hasta que no sintió salir la muela. Entonces la vio a través de las lágrimas. Le pareció tan extraña a su dolor, que no pudo entender la tortura de sus cinco noches anteriores. Inclinado sobre la escupidera, sudoroso, jadeante, se desabotonó la guerrera y buscó a tientas el pañuelo en el bolsillo del pantalón. El dentista le dio un trapo limpio.
-Séquese las lágrimas -dijo.
El alcalde lo hizo. Estaba temblando. Mientras el dentista se lavaba las manos, vio el cielorraso desfondado y una telaraña polvorienta con huevos de araña e insectos muertos. El dentista regresó secándose las manos. “Acuéstese -dijo- y haga buches de agua de sal.” El alcalde se puso de pie, se despidió con un displicente saludo militar, y se dirigió a la puerta estirando las piernas, sin abotonarse la guerrera.
-Me pasa la cuenta -dijo.
-¿A usted o al municipio?
El alcalde no lo miró. Cerró la puerta, y dijo, a través de la red metálica.
-Es la misma vaina.

viernes, 25 de marzo de 2011

El Expresionismo


El Expresionismo
Fue un movimiento cultural surgido en Alemania a principios del siglo XX, que tuvo plasmación en un gran número de campos: artes plásticas, literatura, música, cine, teatro, danza, fotografía, etc. Su primera manifestación fue en el terreno de la pintura, coincidiendo en el tiempo con la aparición del fovismo francés, hecho que convirtió a ambos movimientos artísticos en los primeros exponentes de las llamadas “vanguardias históricas”. Más que un estilo con características propias comunes fue un movimiento heterogéneo, una actitud y una forma de entender el arte que aglutinó a diversos artistas de tendencias muy diversas y diferente formación y nivel intelectual. Surgido como reacción al impresionismo, frente al naturalismo y el carácter positivista de este movimiento de finales del siglo XIX los expresionistas defendían un arte más personal e intuitivo, donde predominase la visión interior del artista –la “expresión”– frente a la plasmación de la realidad –la “impresión”–. El expresionismo suele ser entendido como la deformación de la realidad para expresar de forma más subjetiva la naturaleza y el ser humano, dando primacía a la expresión de los sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad. Con sus colores violentos y su temática de soledad y de miseria, el expresionismo reflejó la amargura que invadió a los círculos artísticos e intelectuales de la Alemania prebélica, así como de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y del período de entreguerras (1918-1939). El expresionismo defendía la libertad individual, la primacía de la expresión subjetiva, el irracionalismo, el apasionamiento y los temas prohibidos –lo morboso, demoníaco, sexual, fantástico o pervertido–. Intentó reflejar una visión subjetiva, una deformación emocional de la realidad, a través del carácter expresivo de los medios plásticos, que cobraron una significación metafísica, abriendo los sentidos al mundo interior.El expresionismo no fue un movimiento homogéneo, sino de gran diversidad estilística: hay un expresionismo modernista (Munch), fauvista (Rouault), cubista y futurista (Die Brücke), surrealista (Klee), abstracto (Kandinski), etc. Aunque su mayor centro de difusión se dio en Alemania, también se percibe en otros artistas europeos (Modigliani, Chagall, Soutine, Permeke) y americanos (Orozco, Rivera, Siqueiros, Portinari).